viernes, 3 de julio de 2015

Revisión de curso. 2014–2015.

JPC – Monasterio de la Conversión

Cuando no somos capaces de ahorrar decimos que tenemos un agujero en el bolsillo. El 22 de diciembre, una de las frases más repetidas por los afortunados que ganan algún premio en el sorteo de la lotería, es que emplearán parte del dinero en “tapar agujeros”. Está claro que los agujeros no gustan, que denotan la falta de algo esencial, que representan ausencia o soledad. ¡Hasta cuando alguien, contra todo pronóstico, encuentra pareja, decimos aquello de “siempre hay un roto para un descosido”!

Por eso, la cruz de la imagen provoca cierta confusión, cierto desasosiego que se calma enseguida... es una cruz con un agujero en medio. Si ya la cruz es de por sí impactante, además, se le suma una ausencia, un trozo de madera hueco... pero resulta que no es un espacio cualquiera, es un corazónn, y un corazón que sangra. Por ti y por mí. El Señor, lejos de abandonar la cruz y dejar en su lugar el triste vacío de un agujero, lo que deja es un espacio, sí, pero un espacio lleno de amor.

Y al amor de esa cruz agustina tuvimos la reunión de revisión de curso del grupo JPC, en el Monasterio de la Conversión. Las angelicales voces de las hermanas que allí dedican su vida a Dios, fueron capaces de sofocar el intenso calor del Valle del Tiétar. Una mañana productiva, con esa promesa de “estad alegres por que vuestros nombres están escritos en el cielo”. Una comida alegre y abundante, celebrando el cumpleaños especial de alguien también muy especial, y un fin de jornada refrescante al pie de la muralla, que brillaba con renovada alegría en la noche abulense. Buen colofón para un buen año, y buen primer verso para el resto del poema que se escribirá, si Dios quiere, en el curso 2015-2016.

2 comentarios:

  1. Preciosas palabras como siempre, da gusto leer cosas tan bonitas como esta : ). Ana

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  2. El gusto es poder compartirlas, Ana :-)

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